Se ha sabido que leer es un muy buen ejercicio ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué se puede leer?
En el Diario Financiero aparece un artículo, con el mismo título, de Isabel Monge.
Éste me pareció muy bueno para compartirlo con ustedes en especial para ejercitar la lectura con nuestros hijos.
Cuando llega el verano no sabemos qué hacer con tanto tiempo libre ni tampoco cómo entretener a los niños. Pero la lectura es un buen ejercicio para matar el tiempo y también para relajarse ya que éste no es algo que estrese o canse mucho.
Leer trae un montón de efectos positivos. Ayuda a salir de la realidad, a soñar y fantasear, a los niños se les desarrolla la creatividad y verá que pronto los juegos serán relacionados con las historias leídas y no con los programas de televisión que a la larga no son sanos.
Isabel Monge recomienda libros para niños desde los 8 años hasta para adultos. En su artículo dice:
Para niños desde 8 años, está:
• La colección Los Cinco (Enyd Blyton). Éste hay que leerlos en verano, porque inevitablemente producen el efecto de querer imitar las aventuras de estos primos, y el contexto vacacional lo hace más fácil.
• El León, la Bruja y el Ropero (C.S. Lewis), puede leerse y releerse, y uno siempre va a descubrir algo nuevo en la saga de Las Crónicas de Narnia. La primera vez, se me quedó grabada la imagen de las delicias turcas que la Bruja le regalaba a Edmundo. Después uno empieza a encariñarse con los personajes y el mundo de Narnia. Y con el tiempo, se va captando la preciosa metáfora detrás de esta historia aparentemente infantil.
• Imprescindible para las mujeres (e interesante para los hombres), es Orgullo y Perjuicio (Jane Austen).
• También son imperdibles algunas novelas: Regreso a Brideshead (Evelyn Waugh) y El Gran Gatsby (F. Scott Fitzgerald).
• Los cuentos cortos de Julio Cortázar son geniales y se leen fácilmente (parta por “Bestiario”).
• Y a nivel nacional, Adiós al Séptimo de Línea (Jorge Inostroza), es entretenidísimo (¡ojo que son cinco tomos!).
Los invito a seguir los consejos de Isabel y…
¡A LEER SE HA DICHO!
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